Buenas tardes:
Os
escribo para recordaros que el próximo día 26 a las 17:00 h tendremos
una nueva sesión de nuestro club de lectura. Tal como quedamos el último
día leeremos El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.
Por
si os interesa y os viene bien para situaros antes de empezar con el
libro, a continuación os adjunto algo de información que he encontrado
por Internet sobre el autor y la obra.
Saludos,

J. D. SALINGER
(Estados Unidos, 1919-2010)
(Estados Unidos, 1919-2010)
Nacido en una familia de clase media alta de
Nueva York contra cuyas poses burguesas se rebeló de forma temprana, J.D.
Salinger fue un mal estudiante que se negó a continuar el negocio paterno de
importador de jamones y en un primer momento aspiró a convertirse en actor.
El 6 de junio de 1944 el escritor formó parte uno
de los regimientos de Infantería que desembarcaron en Normandía el Día D. A
finales de mes habían muerto 2.500 de los 3.100 soldados que lo conformaban. Se
cuenta que en todo momento llevaba encima el manuscrito de El guardián entre el centeno, en el que avanzaba al menor rato
libre. Tras 299 días de combate, la visión de todos los horrores de un
conflicto bélico lo aboca a un hospital en Nüremberg, víctima de un síndrome de
estrés postraumático.
Sus experiencias bélicas le concederían su voz
literaria, explicando su fijación por la fragilidad de la juventud, los
trastornos y la búsqueda de la autenticidad de muchos de sus protagonistas, al
tiempo que lo impulsarían a buscar consuelo espiritual lejos del judaísmo y el
catolicismo de sus padres, abrazando en un primer momento el budismo zen.
El escritor cumple con su sueño de publicar sus
cuentos en el semanario The New Yorker. A finales de la década de los cuarenta
ya se ha convertido en un acontecimiento, pero no tarda en dar muestras de que
no soporta injerencias en la forma de entender y de manejar su trabajo. Sólo
concede una entrevista tras la aparición de El
guardián entre el centeno y exige retirar su foto de la tercera reedición.
Se muestra furioso con muchas de las interpretaciones dadas a su única novela
y, sobre todo, con el acoso de los que a raíz de ella lo toman por una suerte
de gurú con respuestas sobre el sentido de la existencia.
Decide dejar de publicar en 1965, con tan sólo
cuatro libros en circulación. Cinco años después, devuelve a su sello
estadounidense el adelanto de 75.000 dólares por una quinta obra pactada que ya
jamás vio la luz.
La periodista Betty Eppes dedicó sus vacaciones
de verano de 1980 a
intentar localizar y hablar con Salinger, lo que consiguió viajando en coche
hasta Windsor (Connecticut) y poniéndose a investigar y a montar guardia en el
pueblo. En una entrevista explica que su presa le dijo: “Estoy harto de que me
cojan por banda en los ascensores, de que me paren por la calle y de gente que
se mete en mi propiedad privada. He dejado mi posición bien clara desde hace
treinta años. Quiero que me dejen en paz, completamente en paz. ¿Por qué no
puedo vivir tranquilo?”. Según Eppes, Salinger defendió enérgicamente la idea
de que uno debería escribir para sí mismo, que sólo la escritura importaba.
Jerome David Salinger se casó en tres ocasiones:
su primer matrimonio, con una doctora alemana que podría haber sido una agente
de la Gestapo,
fue anulado; del segundo con Claire Douglas nacieron sus dos hijos, Margaret y
Matthew, y el tercero, con Colleen O’Neill, 40 años menor que él, se produjo en
secreto cuando el autor ya era anciano y pudo haber sido fruto de un acuerdo
con el que blindar jurídicamente a la mujer que le hizo de enfermera en la
última etapa de su vida.

Halló el camino en la filosofía y la religión
orientales, cuyos preceptos dictarían los pasos más relevantes que tomar.
Paradójicamente, los autores concluyen que lo que le salvó el alma arruinó su
escritura, al entender de forma creciente sus relatos como un medio desde el
cual propagar sus creencias. “Hay dos fronteras cruciales en la vida de
Salinger: el antes y el después de la guerra, y el antes y el después de la
religión. La guerra lo destruyó como hombre, pero lo convirtió en un gran
artista; la religión le ofreció consuelo espiritual tras la guerra, pero
destruyó su arte”.
Las peripecias del adolescente
Holden Caulfield en una Nueva York que se recupera de la guerra influyeron en
sucesivas generaciones de todo el mundo. En su confesión sincera y sin tapujos,
muy lejos de la visión almibarada
que imperaba de la adolescencia hasta entonces, Holden nos desvela la realidad
de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una
familia tradicional, a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo.
Hay libros que por su manifiesta
originalidad, su carácter revolucionario o por casualidades intrínsecas de la vida, son considerados grandes clásicos de la
literatura prácticamente desde el momento de su publicación. La grandeza
de El guardián entre el centeno reside sobre todo en el espectacular
impacto que produjo en la sociedad norteamericana la salida al mercado de este
pequeño gran atlas de la psicología adolescente, impacto cuyo eco siguió
resonando casi con la misma fuerza durante varias décadas más. Tanto es así,
que la obra de Salinger no solo se ha convertido en lectura obligada y novela de culto para millones de jóvenes
y otros que no lo son tanto, sino que además, El guardián entre el centeno lleva
siendo objeto de estudio en los institutos estadounidenses desde hace ya mucho
tiempo. ¿Qué tiene este libro que 60 años después de su primera edición aún
sigue deslumbrando a infinidad de lectores por todo el globo? Te invitamos a
descubrirlo.
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